Soncent

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sexta-feira, 7 de dezembro de 2007

Las galinhas, las trutas, el vecino e el perro

Las galinhas pusieram los ovos pela demanhazinha e rumaram al campo, passar el dia bajo las arvores frescas del pomar del vecino, un hombre dolce como una pamalora açucrada. El vecino fuera pescar e trouxera un balde de trutas del rio, trutas vivas como um bando de vacas loucas. Las trutas fueram dejados nel balde e las galinhas, una por uma, se fueram a espreitar el balde e tentar depinicar una trutita con el bikilo. Las trutas, coitaditas, non sabiam como fujir de ésta situaçion bicuda. Pués que las trutas non hacem barujo, ni sabem caraté. Quando se passaba um verdadero sufoco nel balde, sirgió El Qué Ladra, um perro tan grande qué quando de alevanta del suélo, la calle se queda escura por três dias. El perro ladrou duas vezes e las galinhas, assustaditas, se fueram correndo e dejando penas para trás. Las cabritas e las ovellas, que nada tieniam echo, se quedaram mirando apenas. El perro El Que Ladra miró também a las trutas, metió una pata enorme en el balde e lebó una trutita horrorizada a la bocarra. Nel medio désto, el dueno de las trutas, del campo e dél perro surgió de la casa e disparió la espinagarda de chumbo sobre Él Qué Ladra.

Él Qué Ladra no murrió, pero fugió delos tiros de chumbo e currió pelo campo afuera. Désde ésse dia, hace escuro nel campo e las galinhas no comem trutas del rio, preferiendo minhocas de la terra.

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